jueves, 10 de enero de 2013

MOSAICO





Quiso construir un mundo de lenguas entrelazadas, de tendones, de uñas, de sudor, de salivas viajando sin sentido hasta ser tragadas, devoradas por un puñado de esófagos hambrientos, y no fue capaz.
En el momento de la soledad se sintió culpable, maldito, perdido en la mística de la superficialidad, y se agarró a las cruces como un náufrago a su tabla, pero ya era viejo, y no tenía historia, recuerdo que lo vi pasar una noche hacia su casa, dando tumbos, borracho, como si fuera un ángel o tal vez un tipo sin suerte, y quien sabe si las dos cosas.

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