Poco a poco me fui acercando, como un furtivo, estiré el brazo, sostuve su mirada, había algo de desafío allí, le pedí razones, el dolor es así, incluso disfrute con los insultos, fue un error, un problema mío, un secreto que no debía saberse, no le guardo rencor, aunque se burlara de mis caricias torpes y se riera de mí en los bares mientras iba del brazo del tipo aquel, no formulo la hipótesis del amor, eso es absurdo. En un momento observé que del otro lado del mármol algo se movía, se debía estar enfadando pensé, como siempre en los últimos tiempos, empecé a hacer algo así como rezar, me tropecé, me caí al suelo, me clavé la espina de un matojo, me reí a carcajadas, me levanté y huí desesperado, entonces me volvieron los momentos felices y la recordé estornudando con rebabas de semen en la boca, ese era mi hogar, habíamos disfrutado, lo demás no importaba ya.
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